El 95% de la producción mundial de cacao se concentra en 5,5 millones de pequeños productores de todo el mundo. Se ganan la vida cultivando, cosechando y comercializando sus granos de cacao. La gran mayoría de ellos vive en extrema pobreza.

En todo el mundo, los pequeños productores de cacao están marginados y no pueden tomar sus propias decisiones debido a unas relaciones de poder desproporcionadas en la cadena de valor. Al depender de los valores del mercado y de la industria, sufren de unos precios estructuralmente bajos y fluctuantes.

Su acceso limitado a la financiación, así como a los conocimientos y tecnologías agroecológicos, resulta en una baja productividad y un gran daño ambiental. A pesar de ser los actores clave en la producción de chocolate, no pueden garantizar un futuro próspero para las generaciones futuras.